Caminar por ciertos lugares no es solo un simple paseo. Esas fachadas expuestas a un sol incendiario, el murmullo de conversaciones lejanas, los irresistibles aromas, las mesas vacías esperando a los próximos visitantes… Al detenerme frente a ese puesto de frituras, todo cobraba sentido: mi viejo álbum de recuerdos se abría. Sonidos, olores y sabores que creía haber olvidado volvían nuevamente; instantes felices, guardados en algún rincón de mi memoria, despertaban.
No solo se trataba de comida lo que estaba viendo y fotografiaba, era una experiencia que me conectaba con lo sencillo, con lo auténtico. En medio del ir y venir de la gente por esas calles empedradas, rodeadas de imponentes edificios, todos mis sentidos despertaron.
A veces, la felicidad se encuentra precisamente ahí, en las pequeñas cosas: un paseo, un sabor, un olor, una emoción, el placer de no tener prisa… y los recuerdos que regresan a través de nuestros sentidos.
(Xálima)
Foto: El Arte De Las Pequeñas Cosas
Momento Musical: Via Con Me - Paolo Conte
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