Otra figura femenina está junto a Venus, ayudándola, sostiéndola, acompañándola en esa continua transformación, como símbolo del apoyo y la fuerza compartida entre mujeres. Las figuras masculinas quedan en segundo plano, como testigos silenciosos.
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, esta imagen cobra más relevancia: nos recuerda lo importante que ha sido y es la sororidad, de cómo las mujeres han sabido sostenerse unas a otras a lo largo de la historia, impulsándose en un mundo que muchas veces las ha querido fragmentadas o incompletas.
El nacimiento de esta Venus no es único y perfecto; mas bien es un renacer continuo, una búsqueda constante. Y tal vez, al pararnos frente a ella, podamos reconocernos en nuestra propia transformación, y en la de todas aquellas que nos han ayudado a ser quienes somos.
(Xálima)
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