Jamás había palpado una textura así, ni había tenido contacto con olores de aquel tipo. Lo que se extendía ante ella no se parecía a nada de lo que había experimentado antes, así que dudó un momento.
Su indecisión fue breve: aunque era de natural precavido, algo instintivo la empujaba a avanzar, curiosa.
También fue fatal: apenas se había internado por aquella nueva ruta cuando la levantó del firme una ventolera repentina.
El niño siguió soplando mientras ella, convertida en un vuelo de antenas y patas negras, perdía para siempre la pista del camino de regreso a casa en su antebrazo.
(Ángeles Jurado)
Una se pierde igual por caminos nuevos que por caminos conocidos….
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