El noveno día de viaje, dejamos Kars para adentrarnos en el Kurdistán turco.
Con un poco de preocupación, porque el día anterior había habido una refriega entre el ejercito y la guerrilla y como resultado, muertos, muchos muertos, 35 de una parte y 25 de la otra. Las imágenes que veíamos en la televisión turca eran realmente para preocuparse, pero la aventura tenía que continuar, así que cogimos los coches y nos pusimos en marcha.
En el camino se notó el cambio de las carreteras, de los pueblos y la gente, todo distinto y más pobre. Cuando nos acercábamos a Dogubayazit tuvimos mucho tiempo enfrente nuestro (majestuoso) el monte Ararat (el del arca de Noé) con su cumbre nevada.
Fuimos a visitar el palacio de Isaac Pasha. Su imagen es como de los cuentos de las mil y una noches. Además está en un entorno maravilloso, en lo alto de un picacho y rodeado de unas montañas impresionantes. Nos quedamos disfrutando de la vista hasta la puesta de sol.
Hicimos noche en Dogubayazit estábamos pegados a la frontera con Irán.
Foto: Clara, Ilham y yo. El palacio al fondo.
Momento musical: Suren Asaduryan - Sari Gyalin
Ani es una ciudad medieval deshabitada. Actualmente se encuentra en ruinas. Pertenece a la provincia turca de Kars, justo en la frontera con Armenia, separada tan solo por el río Arpacayi, que hace de frontera.
Fue capital del Reino de Armenia. Actualmente Ani es una ciudad fantasma. Es una gozada pasear por las ruinas de la ciudad, no hay absolutamente nadie.
También conocida como "la ciudad de las 1.001 iglesias", por su gran cantidad de edificios religiosos. Fue fundada en el año 961 d.c. por el rey armenio Ashot III. La ciudad fue floreciendo debido a su estratégica situación entre las rutas comerciales que enlazaban el Caúcaso con Asia central. A medida que la ciudad fue creciendo se construyeron iglesias, catedrales y las impresionantes murallas que aún hoy en día se pueden contemplar.
En su máxima época de esplendor, Ani contó con una población que rondaba los 100.000 - 200.000 habitantes, rivalizando en importancia con otras ciudades de relevancia como Bagdad, El Cairo o Constantinopla.
Ani no es lo más bonito que he visto en este viaje, pero sí una de las cosas que más me gustó ver, pasear y vivir. Fueron varias horas de paseo sin parar de ver edificios y ruinas asombrosas, y en algunos momentos me parecía transportarme a otra época, me gustaba esa sensación.
Foto: Yo en Ani y al otro lado del río, Armenia.
Momento musical: Princesa - Ara Malikian (músico armenio)
El quinto día de viaje cogimos un vuelo en Estambul con destino Trabzon, allí era donde empezaba la verdadera aventura, el viaje por Anatolia del Este, por la profunda Türkiye.
Esa Turquía con sus carreteras y sus conductores locos, pero da que pensar que pese a eso que a nosotros nos parecía demencia no vimos ningún accidente.
¿Quizá no estén tan locos? Es que para nosotros ver los adelantamientos por el arcén o la mediana en carreteras a medio asfaltar nos ponía los pelos de punta xD!
Foto: Sümela Manastiri
El monasterio de Sümela se alza al pie de un acantilado mirando al valle de Altindere, en la región de Maçka, provincia de Trabzon. Está a una altitud de 1200 metros y desde él se puede apreciar un grandioso escenario montañoso.
Allí arriba se respira paz y misticismo, es fascinante.
Mi opinión sobre Turquía, era de un país pequeño, árabe, de gentes rudas y poco hospitalarias.
Pues bien, nada más lejos de la realidad.
A las pocas horas de llegar mi opinión sobre los turcos ya había cambiado.
Y más que cambiaría a lo largo del viaje xD!
Ya desde el avión la llegada a Istambul es impresionante, una ciudad sin límites, única en el mundo sobre dos continentes.
Llegamos de noche, y como siempre tiene que haber algún fallo, ninguno de los 6 que formábamos la expedición llevaba anotada la dirección del hotel, sólo el nombre. Y encontrar un hotel sin saber la dirección en una ciudad de casi 12 millones de habitantes, es complicado, pero gracias a la memoria fotográfica de la localización vista el día anterior en Google Earth y a esa amabilidad extrema, simpatía, querer agradar y hospitalidad que descubrimos, conseguimos llegar a nuestro hotel, eso sí, nos dimos un buen paseo nocturno cargados con las maletas.
Foto: Sultanahmed Camii o Mezquita azul vista desde una ventana de la iglesia de Hagia Sophia
Audio: Llamada a la oración
Este edificio, con más de 500 años a sus espaldas y antes llamado Mercado Egipcio, es el terreno de magos, brujas y amantes del té y los dulces artesanales.
Además de especias, frutos secos, panales de abeja y jabones de aceite de oliva, podemos encontrar higos, barros curativos, verduras secas y cientos de clases de deliciosos tés.
Hay que regatear, charlar, bromear, oler, palpar, tomar queso turco envuelto en piel de cabra, degustar un pastelillo turco, corretear entre el bullicio de gente.
Comenzó en Estambul para adentrarnos después en la profundidad del Este de Anatolia. Muchos kilómetros recorridos y muchos momentos inolvidables.
Fotos? muchas
Cual poner? uff qué difícil!
Así que empezaré por el Palacio de Ishak Pasha.
Fue una foto de ese palacio con el monte Ararat al fondo, la foto que puse el día que decidimos hacer el viaje y por eso empiezo con ella, además de que junto con el atardecer de Mardin, con las llanuras de Mesopotamia a nuestros pies, es uno de los más bonitos que vivimos allí.
Momento musical: Turkey Ishak Pasha Serayi
Besos para tod@s desde una soleada mañana sevillana