domingo, 27 de enero de 2008

ELIE WIESEL


Deteneos, hombres y mujeres que pasáis, deteneos y escuchad.
Escuchad la voz de Sevilla, voz herida y melodiosa. La de su memoria, que es también la vuestra, es judía y cristiana, musulmana y laica, joven y antigua: la humanidad entera en sus sobresaltos de luz y sombras, se recoge en esa voz para extraer del pasado fundamentos de esperanza.
Aquí como en otros sitios, se amaba y odiaba por razones oscuras y sin razón alguna; se hacían rogativas por el sol y por la lluvia; se interpretaba la vida dando muerte; se creía ser fuerte por perseguir a los débiles, se afirmaba el honor de Dios, pero también la deshonra de los hombres.
Aquí, como en otros sitios, la tolerancia se impone. Y lo sabéis bien vosotros, hombres y mujeres que escucháis esta voz de Sevilla. Sabéis bien que, cara al destino que os es común, nada os separa. Puesto que Dios es Dios, todos sois sus hijos. A sus ojos, todos los seres valen lo mismo. La verdad que invocan no es valida si a todos no los convierte en soberanos.
Ciertamente toda vida termina en la noche, pero iluminarla es nuestra misión.
Por la tolerancia

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No conocía a la persona que lo firmaba y al llegar a casa busqué quién era.
Y estas palabras impresionan más al saber que su autor es judío y que estuvo recluído en el campo de concentración nazi de Auschwitz donde fueron exterminados sus padres.
Al ser liberado estudió periodismo en París, abundando en sus obras relatos sobre la paz y la convivencia, motivo por el cual recibió en 1986 el premio Nobel de la Paz por su trabajo en defensa de los derechos humanos.
Impacta el que una persona que ha visto el horror y el infierno del ser humano salga de él y predique el amor, la tolerancia y la paz.
PD: Este monolito te lo encuentras paseando a la vera del río Guadalquivir, en el muelle de la sal, junto al monumento a la tolerancia de Eduardo Chillida.
PD2: Las palabras son preciosas.


Momento musical: Marillion - Beautiful
 
Besos para tod@s

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